martes, 31 de agosto de 2010
lunes, 30 de agosto de 2010
" Apagó el despertador, que todavía alborotaba sobre la mesilla, y se sentó en la cama. El aire del dormitorio se acomodó flojamente alrededor de su cuerpo, como una chaqueta que no termina de ajustar. A esas mismas horas, en ese mismo instante, miles de personas solitarias se levantaban, metidas en el caparazón de sus casas vacías. Zarza sintió el peso del resto del mundo sobre sus espaldas. Si sufriera un repentino ataque cardíaco y se muriera, tardarían por lo menos un par de días en descubrirla. Pero Zarza no disponía ahora de tiempo para morir. Tenía que levantarse. Chancleteó por el dormitorio hacia el cuarto de baño, que carecía de ventanas. Encendió la fila de bombillas que enmarcaba el espejo y se miró. Siempre la misma palidez y la sombra azulosa rubricando los ojos. Aunque tal vez fuera efecto de la luz artificial, tal vez bajo una violenta luz solar no tuviera ese aspecto lánguido y morboso. La gente decía que era hermosa, o al menos alguna gente aún lo decía, y ella se lo había creído mucho tiempo atrás, en otra vida. Ahora simplemente se encontraba rara, con esa mata desordenada de pelo rojizo veteado de canas, semejante a un fuego que se extingue; con la piel lechosa y las ojeras, y con una mirada oscura en la que no se podía reconocer. Un vampiro diurno. Hacía mucho tiempo que no conseguía reconciliarse con su aspecto. No se sentía del todo real. Por eso jamás se hacía fotos, y procuraba no mirarse en los espejos, en los escaparates, en las puertas de vidrio. Sólo se asomaba a su reflejo por las mañanas, todas las mañanas, en su cuarto de baño. Se enfrentaba al azogue, con los párpados pesados y la boca sabiendo todavía al salitre de la noche, para intentar acostumbrarse a su rostro de ahora. Pero no, no avanzaba. Seguía siendo una extraña. A fin de cuentas, tampoco los vampiros pueden contemplar su propia imagen. "
Rosa montero
Rosa montero
domingo, 29 de agosto de 2010
Yo chango-chango tú changuita
Yo te palpito, tú me palpitas
Yo río-río, tú mojadita
Yo loco-loco y tú loquita
Yo pana-pana y tú panita
Por tus tierras adentro yo me iré
Por el camino fresco de tu amor
Todo mi sentimiento te daré
Con tu felicidad me encontraré
Ay papito, ay mamita
Qué bien se está en la camita !
Ay papito, ay mamita
Qué bien se está en la camita !
Ay papito, ay mamita
Qué bien se está en la camita !
Ay papito, ay mamita
Qué bien se está en la camita !
Yo te palpito, tú me palpitas
Yo río-río, tú mojadita
Yo loco-loco y tú loquita
Yo pana-pana y tú panita
Por tus tierras adentro yo me iré
Por el camino fresco de tu amor
Todo mi sentimiento te daré
Con tu felicidad me encontraré
Ay papito, ay mamita
Qué bien se está en la camita !
Ay papito, ay mamita
Qué bien se está en la camita !
Ay papito, ay mamita
Qué bien se está en la camita !
Ay papito, ay mamita
Qué bien se está en la camita !
viernes, 6 de agosto de 2010
«Te dejo con tu vida, tu trabajo, tu gente, con tus puestas de sol y tus amaneceres. Sembrando tu confianza, te dejo junto al mundo, derrotando imposibles, segura sin seguro (...) Pero tampoco creas a pie juntillas todo. No creas, nunca creas,
este falso abandono. Estaré donde menos lo esperes. Por ejemplo, en un árbol añoso de oscuros cabeceos. Estaré en un lejano
horizonte sin horas, en la huella del tacto, en tu sombra y mi sombra (...)».
Benedetti
este falso abandono. Estaré donde menos lo esperes. Por ejemplo, en un árbol añoso de oscuros cabeceos. Estaré en un lejano
horizonte sin horas, en la huella del tacto, en tu sombra y mi sombra (...)».
Benedetti
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