Sobre el frío colchón de flores
Reposa su blanca figura
Encarcelada dentro de la piel porcelana
El penetrante perfume invade el ambiente
Su vientre subibajo
Apenas acariciado por el rocío
Retiene los intervalos de vida
Su gélida agonía
Ruega por el segundo
En que sus eternas pestañas
Se suelden en un profundo abrazo
Mientras susurrando un quejido
Parece despedirse de su sombra
Única espectadora
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