lunes, 25 de mayo de 2009

La fragua

I

Sometida aun por los ásperos movimientos

La prematura estatuilla despierta

Sedienta de su propia sangre mineral

Sus crudos huesos sostienen apenas

La dulce faz de labios rugosos

Faltos de todo aliento.

Las rusticas manos de cuatro dedos descansan

Mientras el barro húmedo delata su tímida asimetría,

II

El bestial horno abre sus fauces

Y el calor sofoca su suave dermis

La engulle de un bocado

La asfixia la oprime la domina la endurece la agrieta

La encarcela en su claustrofobia desnudez

La subyuga como a fruta madura a punto de ebullición

La cuaja desde las ardientes entrañas de la tierra

Finalmente en un bestial alumbramiento

La fragua

Mineral, vegetal, artística.

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