sábado, 22 de agosto de 2009

SERPENTARIO

Dentro mío, reptando sagas a través de un laberinto óseo de paredes estrechas, cuarteadas por el frío, habita un ofidio majestuoso. Un fausto reptil de escamas estampadas de hojas marchitas que se camufla entre mis miserias. Una serpiente mountrosamente sublime, que parodia el pasado y estrangula el futuro en una caricia abrasadora.

Zigzaguea sobre su vientre albino con los maxilares inyectados de veneno. Se encarama con una ternura carnívora por las gruesas cortinas de músculos, mientras me acuna en su rastrera constricción. Me mece sobre su absoluta y maternal extremidad. Su lengua bífida cata mi sangre espesa, como tinta escarlata. Persigue apremia hostiga y engulle, con su hambre atroz, la parca felicidad, abreviatura de lo frágil. Mientras su cascabel cosquillea entre mis pulmones sofocados. El parásito de ojos ópalo, fraterno verdugo, reduce a humillados escombros mis cimientos. Esclaviza rebaja doblega somete mis sentidos a quemarropa. Susurrándome al oído un arrullo fúnebre, que rasga cauteloso las débiles suturas que sujetan mi penumbra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario