miércoles, 13 de enero de 2010

· Una sociedad es adolescente cuando sus adultos matan y se matan en las rutas, conduciendo sin respetar normas, sin asumir responsabilidades, obsesionados por dar absurdas demostraciones de no se sabe que habilidad, superioridad o falso coraje
· Una sociedad es adolescente cuando sus dirigentes (políticos, empresariales, sociales, deportivos) actúan urgidos por sus intereses propios, desconociendo toda noción de pertenencia a un conjunto, así como un adolescente se prioriza sobre su familia

· Una sociedad es adolescente cuando la mayoría de sus adultos desprecia los espacios públicos y comunes, los maltrata los usa en beneficio propio, cuando ensucia, no cuida, invade, depreda creyendo que esos espacios se auto conservan o que alguien (un funcionario, un adulto, “cualquiera”) se hará cargo de limpiar, preponer, ordenar, pagar, como lo hacen papá, mamá, la mucama, el portero o el preceptor

· Una sociedad es adolescente cuando durante más de una década hace un culto de las burlas al otro, del maltrato a la mujer, de la ignorancia como bandera, del oportunismo político, del sexismo primitivo, del humor de patota que hicieron de Marcelo Tinelli y su trouppe de obsecuentes un referente social, ante el que incluso quienes aspiran a gobernar el país ( o lo mal gobiernan) se postran en vergonzosa genuflexión

· Una sociedad es adolescente cuando llora a un personaje transgresor, discriminador, que exhibe impunemente su intimidad, como fue el actor Fernando peña, y lo vela en el palacio de la Legislatura de su ciudad capital, el mismo lugar donde no fue velado ni el científico Gregorio Klimovsky (muerto unas semanas antes), ni el escritor Juan José Saer, ni el talentoso cineasta Alejandro Doria (fallecido el mismo día que flameaba la histeria por Peña)

· Una sociedad es adolescente cuando las pantallas de sus televisores están intoxicadas del lenguaje elemental y de los chistes estudiantiles y babosos de la mayoría de sus periodistas deportivos, quienes hacen de la incultura un trofeo orgulloso y de la escasez de vocabulario una señal de identidad

· Una sociedad es adolescente cuando carece de criterio para distinguir entre las habilidades futbolísticas de su máximo ídolo deportivo, Diego Maradona y sus conductas irresponsables, su discutible ética, sus valores acomodaticios, y cuando cree que aquellas habilidades justifican estos desvalores y cuando, como adolescentes, ve a estos como a un atributo envidiable

· Una sociedad es adolescente cuando discrimina (la sociedad argentina lo hace en cuanto a sexo, nacionalidad, color de piel, origen niveles económicos, filiaciones políticas, afinidades deportivas, edad); la discriminación es una característica adolescente en búsqueda de una identidad: para ser algo tengo que no ser lo otro, aunque no sepa qué soy .


Sergio Sinay

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