“No hay que pedirle nada al escritor, sino dejarlo que escriba sobre lo que le duele y sobre sus obsesiones mas reiteradas y enigmáticas. Entonces lo que haga será verdadero y por añadidura nacional, pero en el sentido mas hondo de la palabra, no el sentido aparente o caricaturesco”…
(“El argentino angustiado” reportaje de Juan José Sebreli en Ultramar, chile 1960)
“Un hombre no puede escribir sino muy pocas novelas en su vida.
Si es un escritor en serio, angustiado, tiene una sola obsesión que lo atormenta y de la que de alguna manera desea liberarse, expresándola. Pero no es una obsesión clara, ni para él mismo.
(“Dialogo con Ernesto Sabato”, Reportaje en El escarabajo de oro, Nº 5, febrero de 1962)
“Ninguna actividad del espíritu humano, ninguno de sus productos suele entenderse o juzgarse aisladamente o dentro del estrecho ámbito de su oficio (el arte, la ciencia, las instituciones jurídicas); pero muchísimo menos esa actividad hibrida y compleja, tan estrechamente unida a la condición del hombre que es la novela: sus vicisitudes, ¿Qué pueden ser sino las vicisitudes del espíritu humano todo?”…
(“Por una novela novelesca y metafísica” Reportaje de Emir Rodríguez Monegal y Severo Sarduy en Mundo Nuevo, Nº 5, noviembre de 1966)
“Me interesa la novela más que el pensamiento puro: es un genero que permite la expresión de los dos universos: el del día y el de la noche, el de la razón y el de la alucinación. Es un genero hibrido y contradictorio, como yo mismo”…
(“Sabato: ¿Premio Nobel?”, Reportaje en libros elegidos, Nº 37, julio 1979)
“yo no escribo más que lo que verdaderamente creo. Lo más importante para el hombre es lo sobrenatural e inexplicable. Si fuéramos meramente razonables, seria disparatada toda esperanza porque somos mortales. Es decir que oscuramente, creemos en una suerte de inmortalidad, aun los que no comparten las ideas de ciertas religiones”…
(“Sabato: ¿Premio Nobel?”, Reportaje en libros elegidos, Nº 37, julio 1979)
te juro que lo amo.
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