|
domingo, 5 de diciembre de 2010
miércoles, 1 de diciembre de 2010
martes, 30 de noviembre de 2010
lunes, 29 de noviembre de 2010
Costumbrista
martes, 23 de noviembre de 2010
Instrucciones para llorar- Julio Cortazar
" Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos. "
lunes, 22 de noviembre de 2010
lunes, 15 de noviembre de 2010
sábado, 13 de noviembre de 2010
Algo muy llamativo está sucediendo en Argentina desde hace varios años.
En el final de este comentario introductorio daremos a conocer una cifra que se desprende de esta historia que a más de uno va a dejar helado.
En realidad, es más probable que aparezca en el National Geographic que en nuestra TV abierta.
Por estos días, la prensa argentina e internacional se ocupa extensamente de lo que está ocurriendo en Punta Tombo, Chubut, donde miles y miles de pingüinos llegan hasta esas playas cercanas a la Península de Valdez.
Los llamados pájaros bobos son la atracción para visitantes argentinos y extranjeros.
De todas formas, desde hace ya varias temporadas a estas pequeñas criaturas de 50 cm de alto les surgió una "competencia" que está alterando el mapa de las aves patagónicas.
Los albatros y las gaviotas se han multiplicado de tal forma en esa geografía nacional que algunos biólogos del CENPAT (Centro de Estudios del Medio Ambiente Patagónico) están estudiando de dónde proviene semejante
cantidad de ejemplares alados.
A lo largo de todo el gigantesco golfo San Jorge y en localidades pesqueras aledañas de Chubut y Santa Cruz, los habitantes del lugar ven el cielo oscurecerse cuando las bandadas terminan literalmente tapando al sol.
¿De dónde salieron? ¿Por qué son tantos?, se preguntan.
Usted, con razón, también se puede preguntar:
¿Y ésto que tiene que ver con nuestra realidad?
Ya llegamos, esté atento a la cifra que le vamos a revelar.
Estos gigantes del aire despegan hacia el mar en busca de comida...
Los científicos dicen que cada día encuentran más comida, por eso se reproducen tanto, por eso son cien veces más que en los cercanos años noventa; cien veces más.
Resulta que tanto los albatros como las gaviotas encuentran flotando cientos de toneladas de peces muertos muy cerca de la costa…
¿Es la contaminación?, ¿Es un fenómeno natural?
No, es simplemente corrupción en Argentina.
El Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación tuvo una desastrosa idea:
Retirar los inspectores que iban a bordo de los pesqueros y los fresqueros que buscan langostinos, cambiándolos por meros "observadores", con un casi nulo poder de policía.
Este hecho coincidió casualmente (o no tanto) con otras dos situaciones desgraciadas:
1. La Comunidad Económica Europea expulsó de sus mares a los buques congeladores que eran altamente depredadores.
Ante la imposibilidad de trabajar en el viejo continente, las grandes empresas españolas emigraron hacia Argentina, donde la depredación es una palabra desconocida, casi sin uso.
2. Las autoridades provinciales de Santa Cruz y Chubut (el gobernador Das Neves, es uno de los que permiten esta depredación) completaron el círculo permitiendo a las naves factorías foráneas a tirar (sí, a tirar por la borda) aquel pescado que no les conviniera.
Desde entonces, los buques que buscan langostinos sólo se interesan por esta especie, que cuesta en el mercado internacional 18 dólares el kilo. Leyó bien, casi 70 pesos el kilo.
Por ello, arrojan al mar la merluza, el cazón, el abadejo, las rayas y hasta el salmón, que caen en sus redes.
Como la merluza es un predador del langostino, ejemplares de muchísimo kilaje quedan atrapados, son llevados a la cubierta y luego arrojados al mar.
Como estos peces viven a 80 o 90 metros bajo la superficie, una vez subidos al barco mueren por una normal diferencia de presión.
Aunque sean devueltos al océano, ya están muertos.
¿Quién se los come?
Acertó: los albatros y las gaviotas.....
¿Sabe cuántas toneladas de merluza tira al mar cada uno de estos barcos de 40 o 50 metros de eslora? 10 toneladas diarias; 10.000 kilos.
Siga sumando con nosotros.
10.000 kilos por día, sólo de merluza (no estamos contando centolla, ni abadejo, ni cazón, ni salmón, ni nada de eso) hay que multiplicarlos por la cantidad de barcos que salen a buscar langostinos.
¿Sabe cuántos son, cada día, sólo en esa zona?
Nunca menos de cien.
Multiplique, cien barcos, que tiran diez mil kilos de merluza, son un millón de kilos de pescado arrojados al mar cada vez que sale el sol.
¿Sabe cuántos argentinos podrían comer estos manjares gratis cada día?
Un millón de compatriotas, que dejarían de tener hambre, porque un kilo de excelente pescado es un regalo de los dioses.
¿Sabe cuál es el país que tiene la mejor educación y la tecnología más avanzada del mundo?
Japón. ¿Y sabe cuál es la base de la comida nipona?
No es el arroz como nos hacen creer, es el pescado.
¿Hace falta detallar las virtudes que les traería a nuestros chicos alimentar sus cerebros con fósforo de nuestros mejores ejemplares marinos?
Estos números que causan vergüenza fueron denunciados una y otra vez por los marineros no nucleados en el SOMU, el sindicato que dirige el impresentable "Caballo" Suárez, ese irresponsable titular del gremio marino que se emborrachó en el medio de una gira de Cristina Kirchner por Europa, generando un escándalo que motivó que lo sacaran de la delegación.
La oposición a Suárez le ha implorado a los empresarios, a los gobernadores patagónicos y a las autoridades nacionales, que terminen con esta depredación del recurso y que alimenten a la gente pobre, que también existe en el sur de nuestro país.
¿Saben cuál fue la respuesta de los dueños de las pesqueras españolas?
Tratan de no contratar personal de a bordo argentino, optando por peruanos y bolivianos que no se quejan de la depredación; porque, total, la plataforma continental no la sienten como propia.
¿Saben qué contestan los políticos argentinos?
Les bajan los impuestos a las ganancias para que ganen más y no sigan protestando.
Hace pocas semanas, los marineros opositores se rebelaron y quemaron varias plantas de procesamiento en Puerto Deseado.
Uno de los pedidos, además del salarial, era que dejaran de tirar pescados muertos al mar.
Los científicos extranjeros que analizan la multiplicación de gaviotas y albatros señalan con resignación:
"La causa de semejante mutación en la población de aves no es otra que la enorme riqueza de los argentinos, casi tan grande como su propia estupidez."
Por Alicia Jardel
Profesora y Colaboradora de Investigacion de Bélgica
Ahora ya lo sabés.
En lugar de amargarte, nada más, difundilo.
Este es otro de los interminables negociados que hacen los políticos a expensas de la riqueza de nuestro suelo, la apatía de nuestro pueblo, (y lo que es muchísimo peor) el futuro de nuestros hijos...
miércoles, 10 de noviembre de 2010
domingo, 7 de noviembre de 2010
sábado, 6 de noviembre de 2010
Jerome David Salinger (EEUU, 1919-2010) El guardián entre el centeno " Era un taxi viejísimo que olía como si alguien hubiera acabado de vomitar dentro. Siempre me toca uno de ésos cuando voy a algún lado de noche. Pero más deprimente todavía era que las calles estuvieran tan tristes y solitarias a pesar de ser sábado. Apenas se veía a nadie. De vez en cuando cruzaban un hombre y una mujer abrazados por la cintura, o una pandilla de tipos riéndose como hienas de algo que apuesto la cabeza a que no tenía la menor gracia. Nueva York es terrible cuando alguien se ríe de noche. La carcajada se oye a millas y millas de distancia, y hace que uno se sienta aún más triste y deprimido. En el fondo, lo que me hubiera gustado habría sido ir a casa un rato y charlar con Phoebe. Pero, en fin, como les iba diciendo, subí al taxi, y pronto el taxista empezó a darme un poco de conversación. Se llamaba Howitz y era mucho más simpático que el anterior. Por eso se me ocurrió que a lo mejor sabía lo de los patos. -Dígame, Howitz -le dije-. ¿Pasa usted muchas veces junto al lago del Central Park ? -¿ Qué ? -El lago, sabe. Ese lago pequeño que hay cerca de Central South Park. Donde están los patos. ¿ Sabe, no? -Sí. ¿ Qué pasa con ese lago ? -¿ Se acuerda de esos patos que hay siempre nadando ahí ? Sobre todo en primavera. ¿ Sabe usted por casualidad dónde van en invierno ? -Adónde va , quién ? -Los patos. ¿ Lo sabe usted, por casualidad? ¿ Viene alguien a llevárselos a alguna parte en un camión o se van ellos por su cuenta al sur, o qué hacen ? El tal Howitz volvió la cabeza en redondo para mirarme. Tenía muy poca paciencia, pero no era mala persona. -¿ Cómo quiere que lo sepa? -me dijo-. ¿Cómo quiere que sepa semejante estupidez ? -Bueno, no se enoje por eso. -¿ Quién se enoja ? Nadie se enoja. Decidí que si iba a tomarse las cosas tan a pecho, mejor era no hablar. Pero fue él quien sacó de nuevo la conversación. Volvió otra vez la cabeza en redondo y me dijo: -Los peces son los que no se van a ninguna parte. Los peces se quedan en el lago. Esos sí que no se mueven. " |
jueves, 28 de octubre de 2010
martes, 26 de octubre de 2010
viernes, 22 de octubre de 2010
“La literatura está cargada de fatalidad y de tristeza. ¿Por qué? La vida no es siempre fea. Lo que pasa es que, en el fondo, la literatura es un conjuro contra la infelicidad y la desdicha. La gente quiere ser feliz. Pero la felicidad no hay que escribirla: hay que vivirla. O por lo menos intentar vivirla. En la literatura se pone el deseo, la nostalgia, la ausencia, lo que se ha perdido o no se quiere perder. Por eso es tan difícil escribir una buena historia feliz. La historia de amor más hermosa que se ha escrito es Romeo y Julieta. Pero es una catástrofe. Ella tiene catorce años y él dieciocho, y terminan suicidándose. Qué linda historia de amor. Uno confunde la felicidad con las felicidades, con ciertos momentos transitorios de dicha o alegría. La felicidad absoluta no existe, y se escribe, justamente, porque la felicidad no existe. Existen pequeños instantes de felicidad, o alegrías fugaces, que, si se consigue perfeccionarlos en la memoria, pueden ayudar a vivir durante muchísimos años. La literatura también es un intento de eternizar esos momentos”.
Abelardo Castillo
"Pasiones sin verdad, verdad sin pasiones, héroes sin acciones heroicas, historias sin acontecimientos, una evolución cuyo único impulso es el calendario y que causa por la repetición, consta de tensión y distensión"
Karl Marx
y al final uno se pregunta si era eso lo que queria, si era esa calma pegajosa, humeda, sorbiendole la vida. Tiñendole de formalidad los atajos, secuestrandole los momentos, la sonrisa acartonada y la rutina hostil despues limandole las costas al dolor-
jueves, 21 de octubre de 2010
El piso grasiento chilla los meses abstinente de aseo, las botellas vacías se adormecen al blando sol del domingo. Tumbado sobre la polvosa felpa verde de la alfombra, repasa uno a uno esos instantes, retoca pule subsana intenta enumerarlos, especificarlos detallarlos acompasarlos remendarlos de vacío. Conjuga los movimientos en ese antiguo ejercicio mental, los acomoda por tamaño y color, por olor y sonido, despellejándolos cauteloso, prudente desdentando los silencios. Silencios que son ocre y son carbón y son cenizas que son pétalos y pelos que son uñas y avena que son cristal y baldìo
La escena es simple, rasa, raspa lo clásico, se basa en dos personas, de ambos sexos enfrentadas alrededor de una mesa. Uno de ellos, conservan aun el grueso saco de pana a pesar de la densa atmosfera del cuarto. Susurran las fosas nasales áridas, gastadas de respirar el denso humo. Llevan ahí por lo menos tres cuartos de hora, atónitos, inmóviles como vencidas marionetas, pretendiendo transcribirse la mirada mustia, reconociéndose un tanto ajenos.
El pelo resbala, mana dulce desde lo alto de la frente desnuda, deslumbra de la simpleza. Mientras mastica un chicloso boceto de idea, ahuecando los lugares comunes, el polvo se desintegra en el aire, desnudo de luz. El perpetuo acto de sus pensamientos, cíclico e incesante, una perenne banda caminadora, un sueño tedioso que cae mansamente, deformándose tras la escena en la que ahora la muchacha acerca, tímida, su mano a la palma del muchacho, en una caricia infantil, una famélica interrogación, una parodia ingenua en la que por segundos creen ser bíblicos colosos inflados de amor, primitivos guardianes omnipotentes capaces de todo, insurrectos, jugando a ser lo que no son. Ella estira cuidadosa de modales los últimos consuelos que conserva dispersos entre los escombros los estira con delicadeza y encarna, sincera, intenta remendar la pampa llana e insípida que se extiende entre ellos. Parece creer la burda escena, mientras detrás escenografía blanquinegra se bambolea, imitando el triste recorrido de una película antigua. Disuélvese resignado, quizá a eso se han adecuado sus pupilas, a la tenue penumbra de incertidumbre. Inhala alejándose poco a poco, crece y crece sobrevolando la escena, elevándose de a poco, y no tiene dos ojos sino mil, dos mil, cien mil ojos, ojos por todas partes, ojos de parietales superiores, ojos de cúspide de las cabezas, ojos de mantel de cuadros rojos quemado en los costados, ojos de tristeza agrietando el cielo raso, ojos baldosa rajada, ojos de calma desmayada en las pupilas del muchacho que ahora se pliegan lentamente soldándose, mientras respirando con dificultad el polvo que se despega de la tundra verdosa de alfombrilla verde.
Despertar, salir, huir, buscar, lugar, espacio, tiempo,
Ver, querer, tener, poder, volver, vivir, seguir atento
Calla, observa, espera, anda, corre, aguanta
Carretera, manta, micro imanta, canta, público levanta
Manos, charles, bombos, cajas, samples, ruido
Sonido prohibido, mido, afilo, estilo, giro, camino, prosigo
Cojo, dejo, elijo, fijo, planes, días, meses, años, calendario
Gente, marabunta, hora punta, junta, horarios, pasan masas presas
Pasos, risas, llantos, besos, rimas, dramas, bromas, penas, partys
7 Habana, dama, parte pana, madrugada, soles, lunas, brumas,
dudas, sumas, restas, llamas deudas, sudas, ganas, tramas,
más planes, más temas, más fama, más cimas
mañana más dramas, más almas marcadas,
Despertar, salir, huir, buscar, lugar, espacio, tiempo,
Ver, querer, tener, poder, volver, vivir, seguir atento
Calla, observa, espera, anda, corre, aguanta
Carretera, manta, micro imanta, canta, público levanta
Manos, charles, bombos, cajas, samples, ruido
Sonido prohibido, mido, afilo, estilo, giro, camino, prosigo
Cojo, dejo, elijo, fijo, planes, días, meses, años, calendario
Gente, marabunta, hora punta, junta, horarios, pasan masas presas
Pasos, risas, llantos, besos, rimas, dramas, bromas, penas, partys
7 Habana, dama, parte pana, madrugada, soles, lunas, brumas,
dudas, sumas, restas, llamas deudas, sudas, ganas, tramas,
más planes, más temas, más fama, más cimas
mañana más dramas, más almas marcadas, más
martes, 19 de octubre de 2010
miércoles, 13 de octubre de 2010
mucho màs grave
nota al pie: primeros rasgos de futura intelectualidad; tome recaudos.
lunes, 11 de octubre de 2010
Chanson un peu triste je crois,
Trois temps de mots froissées,
Quelques notes et tous mes regrets,
Tous mes regrets de nous deux,
Sont au bout de mes doigts,
Comme do, ré, mi, fa, sol, la, si, do.
C'est une chanson d'amour fané,
Comme celle que tu fredonnais,
Trois fois rien de nos vies,
Trois fois rien comme cette mélodie,
Ce qu'il reste de nous deux,
Est au creux de ma voix,
Comme do, ré, mi, fa, sol, la, si, do.
C'est une chanson en souvenir
pour ne pas s'oublier sans rien dire
S'oublier sans rien dire.
sábado, 9 de octubre de 2010
miércoles, 6 de octubre de 2010
Cuando uno se enamora las cuadrillas
del tiempo hacen escala en el olvido
la desdicha se llena de milagros
el miedo se convierte en osadía
y la muerte no sale de su cueva
enamorarse es un presagio gratis
una ventana abierta al árbol nuevo
una proeza de los sentimientos
una bonanza casi insoportable
y un ejercicio contra el infortunio
por el contrario desenamorarse
es ver el cuerpo como es y no
como la otra mirada lo inventaba
es regresar más pobre al viejo enigma
y dar con la tristeza en el espejo
Benedetti
Los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Jaime Sabines
Cada ciudad puede ser otra
cuando el amor la transfigura
cada ciudad puede ser tantas
como amorosos la recorren
el amor pasa por los parques
casi sin verlos amándolos
entre la fiesta de los pájaros
y la homilía de los pinos
cada ciudad puede ser otra
cuando el amor pinta los muros
y de los rostros que atardecen
unos es el rostro del amor
y el amor viene y va y regresa
y la ciudad es el testigo
de sus abrazos y crepúsculos
de sus bonanzas y aguaceros
y si el amor se va y no vuelve
la ciudad carga con su otoño
ya que le quedan sólo el duelo
y las estatuas del amor
Benedetti
Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.
Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha como ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.
Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.
Benedetti
miércoles, 29 de septiembre de 2010
ceniza que enloquece,
arde invisible, arde
como el mar impotente engendra nubes,
olas como el rencor y espumas pétreas.
Entre mis huesos delirantes, arde;
arde dentro del aire hueco,
horno invisible y puro;
arde como arde el tiempo,
como camina el tiempo entre la muerte,
con sus mismas pisadas y su aliento;
arde como la soledad que te devora,
arde en ti mismo, ardor sin llama,
soledad sin imagen, sed sin labios.
Para acabar con todo,
oh mundo seco,
para acabar con todo.
Octavio Paz
Clichè
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.
Cortazar
sábado, 25 de septiembre de 2010
domingo, 19 de septiembre de 2010
caricia
quiero que me des un abrazo
que me digas que algun dia vamos a ser menos embrolleras,
y vamos a ser felices
y vamos a viajar
y vamos a dejar que nos quieran
Flor · dice:
ay siiii
en mi corta lista de gente adorable, que me abro que los amo que me conocen al natural sos, claramente, una de las personas.
sábado, 18 de septiembre de 2010
jueves, 16 de septiembre de 2010
miércoles, 15 de septiembre de 2010
Un pequeño paraiso
Las formas de la felicidad son muy variadas, y no debe extrañar que los habitantes del país que gobierna el general Orangu se consideren dichosos a partir del día en que tienen la sangre llena de pescaditos de oro.
De hecho los pescaditos no son de oro sino simplemente dorados, pero basta verlos para que sus resplandecientes brincos se traduzcan de inmediato en una urgente ansiedad de posesión. Bien lo sabía el gobierno cuando un naturalista capturó los primeros ejemplares, que se reprodujeron velozmente en un cultivo propicio. Técnicamente conocido por Z-8, el pescadito de oro es sumamente pequeño, a tal punto que si fuera posible imaginar una gallina del tamaño de una mosca, el pescadito de oro tendría el tamaño de esa gallina. Por eso resulta muy simple incorporarlos al torrente sanguíneo de los habitantes en la época en que éstos cumplen los dieciocho años; la ley fija esa edad y el procedimiento técnico correspondiente.
Es así que cada joven del país espera ansioso el día en que le será dado ingresar en uno de los centros de implantación, y su familia lo rodea con la alegría que acompaña siempre a las grandes ceremonias. Una vena del brazo es conectada a un tubo que baja de un frasco transparente lleno de suero fisiológico, en el cual llegado el momento se introducen veinte pescaditos de oro. La familia y el beneficiado pueden admirar largamente los cabrilleos y las evoluciones de los pescaditos de oro en el frasco de cristal, hasta que uno tras otro son absorbidos por el tubo, descienden inmóviles y acaso un poco azorados como otras tantas gotas de luz, y desaparecen en la vena. Media hora más tarde el ciudadano posee su número completo de pescaditos de oro y se retira para festejar largamente su acceso a la felicidad.
Bien mirado, los habitantes son dichosos por imaginación más que por contacto directo con la realidad. Aunque ya no pueden verlos, cada uno sabe que los pescaditos de oro recorren el gran árbol de sus arterias y sus venas, y antes de dormirse les parece asistir en la concavidad de sus párpados al ir y venir de las centellas relucientes, más doradas que nunca contra el fondo rojo de los ríos y los arroyos por donde se deslizan. Lo que más los fascina es la noción de que los veinte pescaditos de oro no tardan en multiplicarse, y así los imaginan innumerables y radiantes en todas partes, resbalando bajo la frente, llegando a las extremidades de los dedos, concentrándose en las grandes arterias femorales, en la yugular, o escurriéndose agilísimos en las zonas más estrechas y secretas. El paso periódico por el corazón constituye la imagen más deliciosa de esta visión interior, pues ahí los pescaditos de oro han de encontrar toboganes, lagos y cascadas para sus juegos y concilios, y es seguramente en ese gran puerto rumoroso donde se reconocen, se eligen y se aparean. Cuando los muchachos y las muchachas se enamoran, lo hacen convencidos de que también en sus corazones algún pescadito de oro ha encontrado su pareja. Incluso ciertos cosquilleos incitantes son inmediatamente atribuidos al acoplamiento de los pescaditos de oro en las zonas interesadas. Los ritmos esenciales de la vida se corresponden así por fuera y por dentro; sería difícil imaginar una felicidad más armoniosa.
El único obstáculo a este cuadro lo constituye periódicamente la muerte de alguno de los pescaditos de oro. Longevos, llega sin embargo el día en que uno de ellos perece, y su cuerpo, arrastrado por el flujo sanguíneo, termina por obstruir el pasaje de una arteria a una vena o de una vena a un vaso. Los habitantes conocen los síntomas, por lo demás muy simples: la respiración se vuelve dificultosa y a veces se sienten vértigos. En ese caso se procede a utilizar una de las ampollas inyectables que cada cual almacena en su casa. A los pocos minutos el producto desintegra el cuerpo del pescadito muerto y la circulación vuelve a ser normal. Según las previsiones del gobierno, cada habitante está llamado a utilizar dos o tres ampollas por mes, puesto que los pescaditos de oro se han reproducido enormemente y su índice de mortalidad tiende a subir con el tiempo.
El gobierno del general Orangu ha fijado el precio de cada ampolla en un equivalente de veinte dólares, lo que supone un ingreso anual de varios millones; si para los observadores extranjeros esto equivale a un pesado impuesto, los habitantes jamás lo han entendido así, pues cada ampolla los devuelve a la felicidad y es justo que paguen por ella. Cuando se trata de familias sin recursos, cosa muy habitual, el gobierno les facilita las ampollas a crédito, cobrándoles como es lógico el doble de su precio al contado. Si aún así hay quienes carecen de ampollas, queda el recurso de acudir a un próspero mercado negro que el gobierno, comprensivo y bondadoso, deja florecer para mayor dicha de su pueblo y de algunos coroneles. ¿Qué importa la miseria, después de todo, cuando se sabe que cada uno tiene sus pescaditos de oro, y que pronto llegará el día en que una nueva generación los recibirá a su vez y habrá fiestas y habrá cantos y habrá bailes?
Julio Crotazar
sábado, 11 de septiembre de 2010
Un tal Lucas
imposiblemente por supuesto.
—No es tanto que ya no sepamos
—Sí, sobre todo eso, no encontrar
—Pero acaso lo hemos buscado desde el día en que
—Tal vez no, y sin embargo cada mañana que
—Puro engaño, llega el momento en que uno se mira como
—Quién sabe, yo todavía
—No basta con quererlo, si además no hay la prueba de
—Ves, de nada vale esa seguridad que
—Cierto, ahora cada uno exige una evidencia frente a
—Como si besarse fuera firmar un descargo, como si mirarse
—Debajo de la ropa ya no espera esa piel que
—No es lo peor, pienso a veces; hay lo otro, las palabras cuando
—O el silencio, que entonces valía como
—Sabíamos abrir la ventana apenas
—Y esa manera de dar vuelta la almohada buscando
—Como un lenguaje de perfumes húmedos que
—Gritabas y gritabas mientras yo
—Caíamos en una misma enceguecida avalancha hasta
—Yo esperaba escuchar eso que siempre
—Y jugar a dormirse entre nudos de sábanas y a veces
—Si habremos insultado entre caricias el despertador que
—Pero era dulce levantarse y competir por la
—Y el primero, empapado, dueño de la toalla seca
—El café y las tostadas, la lista de compras, y eso
—Todo sigue lo mismo, se diría que
—Exactamente igual, sólo que en vez
—Como querer contar un sueño que después de
—Pasar el lápiz sobre una silueta, repetir de memoria algo tan
—Sabiendo al mismo tiempo cómo
—Oh sí, pero esperando casi un encuentro con
—Un poco más de mermelada y de
—Gracias, no tengo
miércoles, 8 de septiembre de 2010
tengo la capacidad de crear -eso no se compra-
me gusta el verano
nunca se bien si las cosas las vivi o las soñe
esta semana vi dos veces la hora a las 21:21
me encantan los insultos re tu secreto
no se guiñar un ojo
tengo una coleccion de complejos
motocicletas, vacaciones, otoño
me ponen de mal humor los relojes digitales
nunca supe si vivia en caballito o en almagro
tengo la teoria de que todos los hombres se parecen un poco a goofy
no me gusta el ferne
leo mucho y tengo faltas de ortogrfia igual
me encanta hacer planes
cuando sea grande voy a ser intelectual
y punk
los ciegos sueñan en colores?
me encantaria ver muchas peliculas
me hago la mala pero en verdad tengo tres años
quiero grabar todas las risas del mundo y guardarlas en mi despertador
hago chistes malos, pero me encanta que se rian de ellos
la musica me cambia radicalmente el humor
ni bien termino de decir algo ya pienso no deberia haberlo dicho
de hecho
para que hago esta nota?
los idiomas no son mi fuerte
lulaz es mi mamà
barbara charo y lucia mis hermanas
soy visual
me pongo roja, siempre
cuanto mas estrecha es la mente más grande es la boca
nunca termine una agenda
conozco pocas sensaciones mejores que tirar un escape en la tela
espero conocer paris
en mi teclado no funcionan los numeros
la otra vez escuche un tema diesiciete veces
no veo tele
lo mas cercano a una mascota que tube es un ajolote
cuando era chiquita queria llamarme wendy
me fui de tema.
volvamos a empesar
jueves, 2 de septiembre de 2010
Volvè a mi vida, volve a usar medias y alpargatas, bermudas de tu papà, caminemos por rivadavia hasta que sea verano, tengamos calor y sueño y sed y muchas horas de tela ensima, tengamos guardapolvos de cuadritos amarillos y rojos, andemos en bici, durmamonos mientras vemos peliculas, festejemos cumpleaños, prestemos libros, dudemos (un poco), viajemos en bondi.
miércoles, 1 de septiembre de 2010
martes, 31 de agosto de 2010
lunes, 30 de agosto de 2010
Rosa montero
domingo, 29 de agosto de 2010
Yo te palpito, tú me palpitas
Yo río-río, tú mojadita
Yo loco-loco y tú loquita
Yo pana-pana y tú panita
Por tus tierras adentro yo me iré
Por el camino fresco de tu amor
Todo mi sentimiento te daré
Con tu felicidad me encontraré
Ay papito, ay mamita
Qué bien se está en la camita !
Ay papito, ay mamita
Qué bien se está en la camita !
Ay papito, ay mamita
Qué bien se está en la camita !
Ay papito, ay mamita
Qué bien se está en la camita !
viernes, 6 de agosto de 2010
este falso abandono. Estaré donde menos lo esperes. Por ejemplo, en un árbol añoso de oscuros cabeceos. Estaré en un lejano
horizonte sin horas, en la huella del tacto, en tu sombra y mi sombra (...)».
Benedetti
miércoles, 21 de julio de 2010
sábado, 3 de julio de 2010
Nocturno
Luces trasnochadas que al apagarse nos dejan todavía más
solos. Telaraña que los alambres tejen sobre las azoteas. Trote
hueco de los jamelgos que pasan y nos emocionan sin razón.
¿A qué nos hace recordar el aullido de los gatos en celo,
y cuál será la intención de los papeles que se arrastran en los
patios vacíos?
Hora en que los muebles viejos aprovechan para sacarse las
mentiras, y en que las cañerías tienen gritos estrangulados,
como si se afixiaran dentro de las paredes.
A veces se piensa, al dar vuelta la llave de la electricidad,
en el espanto que sentirán las sombras, y quisiéramos avisarles
para que tuviéran tiempo de acurrucarse en los rincones. Y a
veces las cruces de los postes telefónicos, sobre las azoteas,
tiene algo de siniestro y uno quisiera rozarse a las paredes,
como un gato o como un ladrón.
Noches en las que desearíamos que nos pasaran la mano por el
lomo, y en las que súbitamente se comprende que no hay ternura
comparable a la de acariciar algo que duerme.
Oliverio Girondo
Al primer muerto nunca lo olvidamos,
aunque muera de rayo, tan aprisa
que no alcance la cama ni los óleos.
Oigo el bastón que duda en un peldaño,
el cuerpo que se afianza en un suspiro,
la puerta que se abre, el muerto que entra.
De una puerta a morir hay poco espacio
y apenas queda tiempo de sentarse,
alzar la cara, ver la hora
y enterarse: las ocho y cuarto.
Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
La que murió noche tras noche
y era una larga despedida,
un tren que nunca parte, su agonía.
Codicia de la boca
al hilo de un suspiro suspendida,
ojos que no se cierran y hacen señas
y vagan de la lámpara a mis ojos,
fija mirada que se abraza a otra,
ajena, que se asfixia en el abrazo
y al fin se escapa y ve desde la orilla
cómo se hunde y pierde cuerpo el alma
y no encuentra unos ojos a que asirse…
¿Y me invitó a morir esa mirada?
Quizá morimos sólo porque nadie
quiere morirse con nosotros, nadie
quiere mirarnos a los ojos.
Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
Al que se fue por unas horas
y nadie sabe en qué silencio entró.
De sobremesa, cada noche,
la pausa sin color que da al vacío
o la frase sin fin que cuelga a medias
del hilo de la araña del silencio
abren un corredor para el que vuelve:
suenan sus pasos, sube, se detiene…
Y alguien entre nosotros se levanta
y cierra bien la puerta.
Pero él, allá del otro lado, insiste.
Acecha en cada hueco, en los repliegues,
vaga entre los bostezos, las afueras.
Aunque cerremos puertas, él insiste.
Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
Rostros perdidos en mi frente, rostros
sin ojos, ojos fijos, vaciados,
¿busco en ellos acaso mi secreto,
el dios de sangre que mi sangre mueve,
el dios de yelo, el dios que me devora?
Su silencio es espejo de mi vida,
en mi vida su muerte se prolonga:
soy el error final de sus errores.
Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
El pensamiento disipado, el acto
disipado, los nombres esparcidos
(lagunas, zonas nulas, hoyos
que escarba terca la memoria),
la dispersión de los encuentros,
el yo, su guiño abstracto, compartido
siempre por otro (el mismo) yo, las iras,
el deseo y sus máscaras, la víbora
enterrada, las lentas erosiones,
la espera, el miedo, el acto
y su reverso: en mí se obstinan,
piden comer el pan, la fruta, el cuerpo,
beber el agua que les fue negada.
Pero no hay agua ya, todo está seco,
no sabe el pan, la fruta amarga,
amor domesticado, masticado,
en jaulas de barrotes invisibles
mono onanista y perra amaestrada,
lo que devoras te devora,
tu víctima también es tu verdugo.
Montón de días muertos, arrugados
periódicos, y noches descorchadas
y amaneceres, corbata, nudo corredizo:
“saluda al sol, araña, no seas rencorosa…”
Es un desierto circular el mundo,
el cielo está cerrado y el infierno vacío.
Octavio Paz
lunes, 28 de junio de 2010
Poco a poco fui advirtiendo que no podría hablar de literatura sin hablar de la vida; de la imanación sin hablar de los sueños cotidianos; de la invención narrativa sin tener en cuenta que la primera mentira es lo real.
Todos esos novelistas que han creído perder en algún momento el paraíso escriben para intentar recuperarlo, para restituir aquello que se ha ido, para luchar contra la decadencia y el fin inexorable de las cosas.
Rosa Montero
Rosa Montero
sábado, 19 de junio de 2010
domingo, 13 de junio de 2010
SE SUPONE
Se supone que hay dudas sumamente poéticas,
tristezas avaladas por las musas
y además endosadas por la Real Academia,
dulces melancolías que esmaltan los crepúsculos
de colores lindísimos.
Se supone que hay penas que ni hechas de medida
para extasiar niñitas,
soledades que casi son un coito
de perfectas,
angustias prestigiosas como heridas de guerra,
rompimientos ya escritos con ritmo de bolero:
debemos separarnos,
me acordaré, te acordarás, etcétera.
Se supone que hay tedios elegantes,
desvelos a los cuales baja chisporroteando el genio desde el techo,
preguntas y temores que ocasionan sonetos,
neurosis aceptables, llevaderas, simpáticas,
borracheras que nacen con el sello de la celebridad,
cansancios que maduran en corazones sabios y de vuelta.
Se supone,
es lícito aceptar que existen,
que de acuerdo
a una bibliografía tan bella como extensa
ellos están allí,
demostrando, brillando, guiando, corrigiendo.
Se supone,
fácilmente se admite que deben existir,
no es mi intención negarlo por supuesto,
simplemente
quería decir con toda honestidad,
yo no.
Constantini
lunes, 7 de junio de 2010
" Caminar es un peligro y respirar es una hazaña en las grandes ciudades del mundo al revés. Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen. El mundo al revés nos entrena para ver al prójimo como una amenaza y no como una promesa, nos reduce a la soledad y nos consuela con drogas químicas y con amigos cibernéticos. Estamos condenados a morirnos de hambre, a morirnos de miedo o a morirnos de aburrimiento, si es que alguna bala perdida no nos abrevia la existencia.
(...)
Muchos de los grandes negocios promueven el crimen y del crimen viven. Nunca hubo tanta concentración de recursos económicos y de conocimientos científicos y tecnológicos dedicados a la producción de muerte. Los países que más armas venden al mundo son los mismos países que tienen a su cargo la paz mundial. Afortunadamente para ellos, la amenaza de la paz se está debilitando, ya se alejan los negros nubarrones, mientras el mercado de la guerra se recupera y ofrece promisorias perspectivas de carnicerías rentables. Las fábricas de armas trabajan tanto como las fábricas que elaboran enemigos a la medida de sus necesidades. "
Galeano